Al igual que hicieron los de 4 años, el resto de las clases nos propusimos hacer algo parecido, pues a los niños les gusta, y es una experiencia que da mucho para seguir trabajando con ellos.
Los de tres años plantaron semillas en algodón para ver cómo crecían. Lo hicieron con lentejas. Observaron poco a poco en nacimiento de las raíces, cómo les fueron saliendo las hojitas, y como se fueron haciendo grandes hasta que las levaron a casa.
Los de cinco años plantamos semillas de tomates, cada uno en su maceta. Y luego, en una bandeja plantamos semillas de calabazas enanas. Se lo pasaron genial, con las manos en la tierra, revolviendo y mezclando bien; haciendo los agujeritos y metiendo las semillas. Al final se llevaron a casa unas plantas bastante grandes, no sabemos si dieron algún fruto del que pudieran disfrutar y, así, terminar de ver el proceso de germinación y crecimiento del tomate. ¡Fue una pena!
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